martes, 22 de febrero de 2011

Estaciones

Otoño trajo consigo una lluvia demasiado fría y un saco de frutos demasiado amargos; Nadie los quiso.
Sin embargo, la lluvia caló piel y huesos y llegó hasta las entrañas, y las espinas de los frutos que fueron arrojados se clavaron en los pies y las rodillas, entre los dedos.

Entonces llegó Invierno con su aliento gélido y su manto de ventisca, y con él llegó la muerte de las cosas pequeñas, y el hambre y la agonía de las cosas más grandes.
"¡Cuánta crueldad!" dijo. "Me gusta".
Agudas esquirlas de hielo lacerando un corazón encogido.

Sin embargo esta mañana, la brisa fue algo más cálida; Quizás Primavera venga con sol y cerezas para todos, y ofrezca un trato amable a las cosas que agonizaron, que murieron.

Tal vez hasta el olor de mi barrio empiece a importarme un poco menos.

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